Participar de forma competitiva y hacer uso de los beneficios para acceder a nuevos mercados, implica cumplir requisitos y disponer de una infraestructura de soporte que contribuya con la competitividad de un país. En el desarrollo de software, la relación entre la calidad del proceso y la calidad del producto es muy compleja, la calidad es una de las herramientas más importantes para alcanzar los beneficios del comercio y obtener un reconocimiento en los mercados internacionales.

Dicho lo anterior, nos adentraremos a estudiar a Saška Mojsilović, científica de datos de IBM y escritora gastronómica, quien nos propone una alternativa bastante interesante: Desarrollar tecnologías beneficiosas y confiables y encontrar conexiones a través de los alimentos. Mojsilović se ha adentrado en la IA para el descubrimiento de fármacos sin dejar de abogar por el uso ético de la IA, lo que es una mira al futuro y una excelente idea para ayudarnos en una posible nueva crisis mundial.

Hace parte del programa de IBM Science for Social Goodn, un grupo de varios colegas de IBM Research dedicado a aprovechar los talentos científicos y abordar desafíos sociales y humanitarios urgentes. La cultura de la investigación y el desarrollo de la IA debe estar completamente entrelazada con los problemas del bien social, 

Uno de varios proyectos de los que lidera está el aprovechamiento de medicamentos a base de alimentos naturales. En el mundo existen cientos de medicamentos muchos de estos sin patente alguna que son de origen natural, derivados de carnes, frutas o verduras que son procesados con tecnologías que aseguran la calidad, controlan previamente las plagas en los alimentos, como insectos, roedores y aves, para mantener los alimentos seguros para el procesamiento y consumo humano. 

Una gran cantidad de datos sugiere que cientos de medicamentos sin patente bien conocidos en el tratamiento de indicaciones no cancerosas también podrían ser útiles para tratar el cáncer y enfermedades mentales. Tal es el caso del Triptofano, aminoácido esencial obtenido de alimentos como la carne, los huevos, el pescado, la leche y los productos lácteos. Se usa para tratar el insomnio, la depresión y otros trastornos del sistema nervioso.

El Resveratrol, un compuesto fenólico encontrado en los frutos secos, las uvas y el vino. Se ha demostrado que tiene propiedades antioxidantes y antiinflamatorias. Se usa para tratar enfermedades cardiovasculares, cáncer y enfermedades neurodegenerativas.

O el Curcumina, compuesto que se encuentra en la cúrcuma, una especia popular en la cocina asiática. Tiene propiedades antiinflamatorias, antioxidantes y antidepresivas. Se usa para tratar enfermedades inflamatorias crónicas.

Así como estos ejemplos tomados para contextualizar, hay millones de fármacos en el mundo que pueden ser obtenidos y aprovechados de alimentos naturales, lo que se busca es adoptar un enfoque sistemático para encontrar y evaluar toda la evidencia sobre estos medicamentos genéricos no cancerígenos.

Fuentes: Blog IBM