En el mundo financiero actual, contar con una infraestructura tecnológica robusta es esencial. No solo mejora la eficiencia operativa, sino que también garantiza la seguridad y la satisfacción del cliente. Aquí te presentamos los aspectos clave que las entidades financieras deben considerar al desarrollar su infraestructura tecnológica, con especial atención a los centros de datos y al cumplimiento normativo de la Superintendencia Financiera y la Superintendencia Solidaria.

Seguridad de la Información

Proteger los datos de los clientes es la prioridad número uno. Para ello, las entidades financieras deben:

• Encriptar los datos: Tanto en tránsito como en reposo.
• Utilizar sistemas de detección de intrusiones (IDS/IPS): Para identificar y bloquear amenazas en tiempo real.
• Implementar autenticación multifactor (MFA): Para asegurar el acceso solo a personal autorizado.

Escalabilidad y Flexibilidad

La capacidad de crecer y adaptarse a la demanda es crucial. Para lograrlo, las entidades deben:

• Invertir en infraestructura modular: Permite añadir capacidad fácilmente.
• Usar soluciones de nube híbrida: Combina los beneficios de la nube pública y privada.

Continuidad del Negocio y Recuperación ante Desastres

Prepararse para imprevistos es esencial para minimizar pérdidas. Es importante:

• Tener un plan de recuperación ante desastres: Con copias de seguridad regulares y redundancia geográfica.
• Realizar pruebas periódicas: Para asegurar que los procedimientos funcionen correctamente.

Rendimiento y Disponibilidad

Garantizar un rendimiento óptimo y disponibilidad continua es fundamental. Para ello:

• Implementar balanceo de carga: Distribuye eficientemente el tráfico y evita cuellos de botella.
• Monitorear y optimizar continuamente: Utiliza herramientas de gestión del rendimiento.

Cumplimiento Normativo

Las entidades financieras deben cumplir con las regulaciones locales e internacionales, particularmente con las disposiciones de la Superintendencia Financiera y la Superintendencia Solidaria. Para ello:

• Mantenerse actualizado con las normativas: La Superintendencia Financiera y la Superintendencia Solidaria publican regulaciones y guías que deben ser seguidas rigurosamente.
• Implementar políticas y procedimientos adecuados: Que aseguren el cumplimiento continuo, tales como:
  • Gestión de riesgos: Implementar sistemas de gestión de riesgos tecnológicos según los lineamientos de la Circular Básica Jurídica de la Superintendencia Financiera.
  • Protección de datos personales: Asegurar el cumplimiento de la Ley 1581 de 2012 y el Decreto 1377 de 2013 sobre protección de datos.
  • Reporte y monitoreo: Mantener registros detallados y reportar incidentes según lo requerido por las entidades de supervisión.

Innovación y Actualización Continua

La tecnología avanza rápidamente, y es crucial mantenerse al día. Para esto:

• Fomentar una cultura de innovación: Incluye la formación continua del personal.
• Colaborar con proveedores de tecnología: Para adoptar nuevas soluciones y mantenerse competitivos.

Centros de Datos: El Corazón de la Operación

El centro de datos es el núcleo de la infraestructura tecnológica. Considera los siguientes aspectos:

• Ubicación física: En zonas de bajo riesgo de desastres naturales y con acceso a infraestructura básica.
• Control de acceso: Físico y lógico, con vigilancia y autenticación estrictas.
• Condiciones ambientales: Control de temperatura y humedad, además de sistemas de supresión de incendios.
• Redundancia y respaldo: Fuentes de energía ininterrumpida (UPS), generadores de respaldo y enlaces de comunicación redundantes.

Invertir en una infraestructura tecnológica sólida es una necesidad operativa y una ventaja competitiva en el sector financiero. Las entidades que priorizan la seguridad, la escalabilidad, la continuidad del negocio y la innovación estarán mejor preparadas para enfrentar los desafíos del futuro y satisfacer las expectativas de sus clientes.

Una estrategia bien pensada y la adopción de mejores prácticas tecnológicas son claves para garantizar operaciones seguras, eficientes y resilientes, preparadas para el futuro digital.